Ciudad de México (lmb.com.mx / Leopoldo Ramírez Quezada) 21 de septiembre.- En la década de los años 70 y de los 80 hubo un umpire tabasqueño en la Liga Mexicana de Beisbol que brilló por su peculiar estilo para marcar las jugadas en el pentágono.

En jugadas cerradas, cuando el corredor y el tiro del jardinero llegaban juntos, él brincaba por encima del catcher para sentenciar “out” o “safe” en el aire. Todo un espectáculo.

Su nombre era Ángel Gustavo Zubieta Valenzuela (Tenosique, 1948), mejor conocido en el mundo del beisbol como “Gello” Zubieta o “Canguro» Zubieta”.

“Todos buscamos siempre un atajo hacia la gloria —comentó Jesús Monter, umpire que impartió justicia en la LMB entre 1975 y 1999—. Ángel pensó que ser espectacular era la ruta. Y sí, dejó huella en su poco andar como umpire”.

“Gello” nació el 18 de octubre de 1948 en Tenosique, Tabasco, y lamentablemente falleció este lunes 21 de septiembre a la edad de 71 años.

“Para cantar el tercer strike agarraba vuelo —describe Monter—, brincaba y daba una “machincuepa” como le decía él, antes de marcar el strike. Claro, a muchos jugadores no les gustaba ese estilo cuando los ponchaban”.

Antes de llegar a la Liga Mexicana de Beisbol, “Gello” trabajó en la Liga Tabasqueña, en la Liga Central y en la Liga del Noroeste.

“Era un espectáculo verlo detrás de home —recuerda Víctor “Lobo” Saiz, umpire con veinte temporadas de experiencia en la LMB—, se tiraba para atrás cuando ponchaba a alguien, pegaba de saltos cuando marcaba un out y se barría de cabeza en tercera base”.

“Había corredor en primera —comenta Monter—, salía el hit hacia el jardín derecho, en esa situación generalmente el corredor de primera pasa por segunda y llega barrido a tercera, la mayoría de las veces en una jugada apretada. Pues cuando “Gello” Zubieta trabajaba en home, él también se iba hacia la tercera base y llegaba barrido para marcar safe o out”.

“Gello” estudió de joven para piloto aviador. Cuando su madre se enteró de que quería ser umpire se lo prohibió, pues su familia deseaba que terminara sus estudios de aviación.

“Cuando llegó a la Liga Mexicana de Beisbol —comenta Víctor Saiz—, “Gello” le habló a su madre y le dijo que ya estaba en la mexicana. La mamá se puso muy contenta creyendo que él había llegado a Mexicana de Aviación”.

Ángel Zubieta formó parte de una familia que siempre gozó de buena posición económica. El negocio de los Zubieta era, entre otras actividades, la cría de cocodrilos, pejelagarto y la compraventa de ganado. Además, su padre y uno de sus hermanos ocuparon el cargo de presidente municipal de Tenosique.

“Era un muchacho muy alegre —recuerda Jesús Monter—, siempre tuvo una muy buena posición económica. Fue buen amigo, buen compañero y nunca lo vi enojado. Él era respetuoso con todo el mundo”.

El paso de Ángel Zubieta como umpire en la LMB fue corto, sólo seis temporadas, pero el poco tiempo que fue parte del circuito veraniego le sirvió para forjar su leyenda.

“Siempre que le tocaba ser umpire de home —recuerda Víctor Saiz— él se llevaba otro pantalón y lo dejaba con el recogepelotas, porque si iba a cantar un tercer strike o un out en home, iba a pegar un brinco y a veces se le abría el pantalón. Entonces iba a cambiarse antes del inicio de la siguiente entrada”.

Rafael Calderón, quien fue umpire de la LMB de 1975 a 2000, compartió tercia con Ángel Zubieta en 1982 y recuerda con cariño las anécdotas junto a su excompañero.

“Su mamá —asegura Calderón— tenía máquina de coser y le regresaba bien arreglados los pantalones que había roto en ocasiones anteriores. Una vez después de un brinco, luego de cantar un tercer strike, quedó con el pantalón roto hasta abajo, hasta los tobillos”.

“Gello” Zubieta fue nombrado el Umpire del Año en la Liga Mexicana de Beisbol en 1983. Quienes lo recuerdan dicen que tenía muy buen criterio y una zona de strike consistente.

“Era todo un espectáculo —dijo Humberto “Lobito” Saiz—. No ha habido otro como él. Fue muy amigo mío. Era muy simpático, estuvimos juntos en la Academia y en la Liga Tabasqueña”.

Al finalizar su carrera como umpire profesional, Ángel Zubieta combinó las actividades del campo y la ganadería con los estudios de la carrera de Ingeniero en Acuacultura, de la cual se tituló en 2007 a los 59 años egresado de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.

El “Gello” pasó sus últimos años en su natal Tenosique, Tabasco, cuidando del ganado en el potrero que heredó de su padre.

“Ya cuando se retiró lo fuimos a ver a Tenosique —recuerda Jesús Monter—. Llegamos al potrero y le chifló a un toro, y cuál va siendo nuestra sorpresa que el toro vino corriendo hacia donde estaba Ángel, pero reaccionó muy mansito y se dejó acariciar. No lo podíamos creer”.

La historia recordará por siempre a Ángel “Gello” Zubieta como el umpire tabasqueño extrovertido, el que daba de brincos, se barría y le ponía mucha pimienta al Rey de los Deportes.